El comedor infantil de un centro de estudios es un espacio muy bullicioso. Con este acondicionamiento acústico logramos reducir el tiempo de reverberación y contribuir a un mayor bienestar de las personas.
Comenzamos realizando un estudio básico mediante hoja de cálculo, que nos permite saber aproximadamente el tiempo de reverberación que tenemos y definir el tratamiento a realizar.
Se trata de un comedor escolar infantil, en el que los pequeños comensales comparten un tiempo de descanso, conversan entre sí y, dado el alto número de personas que se reúnen, se acaba subiendo el tono de voz porque no se escucha bien a quien tenemos al lado. El resultado es un bullicio creciente muy incómodo para todos.
Para estas instalaciones recurrimos a islas adheridas a forjado que no interfieren en las instalaciones existentes, evitando así la intervención de otros gremios.
El resultado final baja considerablemente el tiempo de reverberación y contribuye a un espacio común de bienestar para poder entenderse sin tener que elevar tanto la voz.
